El Fútbol I: El Palomar

¿O quizás te son más familiares: furbol, fulbo o hasta furgol? Las enciclopedias y reglamentos de este deporte omiten un detalle esencial: el fútbol se juega cuesta arriba, o cuesta abajo. Y no hablo en sentido figurado. Las tapias son relativamente recientes y no digamos los vestuarios o el agua caliente. En el inicio, el recinto quedaba delimitado por un alambre, no había taquilla y en el descanso se pasaba la gorra o el platillo. ¿El vestuario, por favor? ¿Ve la carretera, frente al tejar de los Pachones? Mire usted, pues debajo, en el puente, donde cruza el meandro seco que acaba en la charca Parrala: como algún árbitro. Hubo un tiempo que el terreno de juego, por obras, se llevó a la parte de arriba, junto al olivar. La cercanía de unas cuadras permitió la sustitución del puente frente al tejar por un vestuario más decoroso. Se arregló el campo, pero siguió cuesta arriba, o cuesta abajo. Se construyó una tapia, pero se cayó. Cuentan que la hizo Minuto y se cayó en un segundo. Y por fin se construyó el vestuario. No el actual. Juntos local y visitante. A pesar de las peculiaridades descritas, todavía el campo de fútbol de Logrosán podría ser confundido con algún otro. Un personaje hará esto imposible: La Teresa Mordijuye. Un grito lastimero: penalty, penalty, … ¡Sólo puedes estar en El Palomar! Si además te pide pipas, no lo dudes. ¿Dónde están los protagonistas? por supuesto, en el vestuario, con olor a Tío del bigote, a punto de saltar al terreno de juego, pero esto no ocurrirá.

JMGOL MADRID-1997

(JMGOL60)